Existen determinadas características que hacen que una planta sea incluida en la familia de las orquídeas, entre otras y como ejemplo, cuando la flor tiene órganos reproductivos femenino y masculino fundidos en un solo cuerpo denominado columna o gynostenium, y se conforma con tres sépalos y tres pétalos, uno de ellos modificado llamado labelo, de formas especiales con el fin de atraer un agente polinizador y poder garantizar la reproducción de la especie.
Al contrario de la creencia popular, las orquídeas no son plantas parásitas pues no dependen de la alimentación del elemento hospedero, el cual solo utilizan para fijarse. Las orquídeas son plantas extremadamente diversificadas, encontrándose en los cinco continentes, a excepción de zonas totalmente desérticas; desde el nivel del mar hasta 4.000 metros de altitud; algunas se tienen como las especies florales más pequeñas del mundo como la Urystyles o especies como la PLeurothallis; algunas son tan grandes como el Selenipedium (mide 4.00 metros de altura) o enormes como el Grammatophyllum Papuanum (originario de Papua, Nueva Guinea) que pesa toneladas.
